El
fútbol se juega siguiendo una serie de reglas, llamadas oficialmente reglas de
juego. Este deporte se practica con una pelota esférica (de cuero u otro
material con una circunferencia no mayor a 70 cm y no inferior a 68 cm, y un
peso no superior a 450 g y no inferior a 410 g al comienzo del partido), donde
dos equipos de once jugadores cada uno (diez jugadores "de campo" y
un arquero) compiten por encajar la misma en la portería rival, marcando así un
gol. El equipo que más goles haya marcado al final del partido es el ganador;
si ambos equipos no marcan, o marcan la misma cantidad de goles, entonces se
declara un empate. Puede haber excepciones a esta regla; véase Duración y
resultado más abajo.
La
regla principal es que los jugadores, excepto los guardametas, no pueden tocar
intencionalmente la pelota con sus brazos o manos durante el juego, aunque
deben usar sus manos para los saques de banda.
En
un juego típico, los jugadores intentan llevar la pelota hasta la portería
rival, lo que se denomina gol, a través del control individual de la misma,
conocido como regate, o de pases a compañeros o tiros a la portería, la cual
está protegida por un guardameta. Los jugadores rivales intentan recuperar el
control de la pelota interceptando los pases o quitándole la pelota al jugador
que la lleva; sin embargo, el contacto físico está limitado. El juego en el
fútbol fluye libremente, y se detiene sólo cuando la pelota sale del terreno de
juego o cuando el árbitro decide que debe detenerse. Luego de cada pausa, se
reinicia el juego con una jugada específica. Al final del partido, el árbitro
compensa el tiempo total en minutos que se suspendió el juego en diferentes
momentos.
A
nivel profesional, en la mayoría de los partidos se marcan sólo unos pocos
goles. Por ejemplo, durante la temporada 2006/07 de la Primera División de
España, la liga de fútbol española, se marcó un promedio de 2,48 goles por
partido.3
Las
reglas no especifican ninguna otra posición de los jugadores aparte de la del
guardameta, portero o arquero, pero con el paso del tiempo se han desarrollado
una serie de posiciones en el resto del campo. A grandes rasgos, se identifican
tres categorías principales: los delanteros, cuya tarea principal es marcar los
goles; los defensas o defensores, ubicados cerca de su portería, quienes
intentan frenar a los delanteros rivales; y los centrocampistas, mediocampistas
o volantes, que manejan la pelota entre las posiciones anteriores. A estos
jugadores se los conoce como jugadores de campo, para diferenciarlos del
guardameta. A su vez, estas posiciones se subdividen en los lados del campo en
que los jugadores se desempeñan la mayor parte del tiempo. Así, por ejemplo
pueden existir centrocampistas derechos, centrales(de contencion) e izquierdos.
Los diez jugadores de campo pueden distribuirse en cualquier combinación: por
ejemplo, puede haber cuatro defensas, cuatro centrocampistas y dos delanteros;
o tres defensas, cuatro centrocampistas y tres delanteros, y la cantidad de
jugadores en cada posición determina el estilo de juego del equipo: más
delanteros y menos defensas creará un juego más agresivo y ofensivo, mientras
que lo contrario generará un juego más lento y defensivo. Aunque los jugadores
suelen mantenerse durante la mayoría del tiempo en una posición, hay pocas
restricciones acerca de su movimiento en el campo. El esquema de los jugadores
en el terreno de juego se llama la formación del equipo, y ésta, junto con la
táctica, es trabajo del entrenador.
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